❤️🩹 Herencias invisibles❤️🩹
Crecer en una familia donde las mujeres son fuertes pero aprenden a callar, y donde a los hombres les cuesta ser débiles, deja marcas que se sienten aunque no siempre se vean. No se trata solo de lo que se dice o no se dice, sino de cómo se mueve el aire alrededor de cada emoción contenida, de cómo aprendemos a medirnos, a guardarnos para no incomodar, a no mostrar lo que realmente sentimos.
Es curioso cómo la fuerza se mezcla con el silencio, cómo la seguridad a veces esconde miedo, cómo el amor convive con barreras que nadie se atreve a atravesar. Y entonces uno crece aprendiendo que hay emociones que se ocultan, que hay palabras que pesan más si se dicen, y que hay límites invisibles que casi se sienten como reglas.
Romper esas cadenas no es fácil. A veces ni siquiera se sabe que existen hasta que comienzas a mirar de cerca. Es un proceso lento, de cuestionamiento, de entender que estar vivo también significa permitirse sentir, equivocarse, mostrarse vulnerable y aún así ser valioso.
Y ahí es donde aparece la reflexión más profunda: lo que busco para mis hijas. Que puedan crecer con la libertad de decir lo que sienten, de equivocarse sin culpa, de mostrarse tal como son. Que aprendan que la fuerza verdadera no está en callar, sino en ser honestas con sus emociones; que la sensibilidad no es debilidad, sino una forma de conectar, de comprender, de vivir con autenticidad. Que, aunque yo crecí entre silencios y miedos, ellas tengan la oportunidad de moverse en un espacio donde la humanidad se vive sin cadenas.
Escrito por L.C
Para dualidad
Comentarios
Publicar un comentario